El lenguaje deportivo hereda recursos del lenguaje coloquial como la estrategia de anteponer el adjetivo ‘puto/a’ a los nombres, con el fin de intensificar su significado de forma positiva. A pesar de que este término tiene normalmente una valoración negativa, cuya polaridad se invierte en estos contextos. Especialmente, cuando se están hablando de hazañas o acciones de los sujetos tipo heroicas, fuera de la normalidad o increíbles. Ejemplo:

(1) puto globo

Para indicar un globo perfecto de la tenista Garbiñe en el partido que analizamos durante el experimento Wimbledon.

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