Aquí termina el capítulo dedicado a la exposición de las teorías más importantes del campo de la Pragmática. En España, tenemos representantes de todas las corrientes teóricas presentadas aquí. Destacan especialmente en Teoría de la Argumentación, José Portolés y Marta Tordesillas, en la Universidad Autónoma de Madrid, y Catalina Fuentes en la Universidad de Sevilla. Los que más han trabajado bajo el marco Teoría de la Relevancia han sido Estrella Montolío y Salvador Pons Bordería (del grupo Valesco), en Barcelona y Valencia respectivamente. Henk Haverkate, Victoria Escandell y Diana Bravo han desarrollado un papel fundamental y digno de ser mencionado en el cultivo de los estudios de cortesía en lengua española, un terreno apenas explorado hace tan solo unas décadas. En la divulgación al alumnado universitario de los conocimientos de esta disciplina en lengua española debemos destacar la labor de investigadores como Graciela Reyes, Victoria Escandell, José Portolés o Marta Tordesillas. Gran parte de los conocimientos aquí expuestos de una manera mucho más sintética proceden de sus manuales como habrá podido notar el lector especializado en la materia. Antes de pasar al siguiente capítulo me gustaría poner de manifiesto algunas críticas que ha recibido la Pragmática como disciplina.
Ya he tratado durante la introducción y el primer capítulo algunas cuestiones relativas al estatus científico de la Pragmática. Entre los comentarios que he realizado, me gustaría volver a insistir en la falta de preocupación por la formalización. A G. Reyes le gusta definir la Pragmática con el adjetivo de empírica, y maneja la oposición entre empirismo y formalismo, oponiendo el amor de la Pragmática por los datos, por el desprecio de los generativistas por los mismos. Citando sus palabras: La Pragmática cada vez es más empírica, se acerca a la Sociolingüística y deja de preocuparse por la influencia filosófica, por los principios abstractos y por su formalización. A propósito de la formalización de la pragmática, R. Cerdá señala las críticas de Chosmky a cualquier línea de investigación destinada a la definición del significado de los enunciados a partir de la intencionalidad del emisor en cada acto comunicación, no porque Chomsky considere que dichos intentos no estén fundamentados sino porque los considera, en palabras de Cerdá , científicamente inaccesibles, a causa de la imprescriptibilidad que rodea a la mayoría de los ingredientes esenciales a todo acto comunicativo.Aparte de su imprescriptibilidad, la ausencia de unidades discretas con las que trabajar, algo que a la Lingüística tan buenos resultados le ha reportado, se considera como una crítica más al cientificismo de esta disciplina.
En tercer lugar, a pesar de que, como ya hemos señalado, parece predominar la postura de que gramática y uso se complementan, como señala G. Reyes todavía no se ha llegado a una teoría aceptable sobre la relación entre la forma y la función, entre lo que la lengua codifica en su gramática y lo que los hablantes cumplen.
En cuarto lugar, una de las críticas también más sonadas acerca de esta materia es la falta de integración teórica . Si resumimos los tipos de Pragmática, podríamos distinguir:
- Una Pragmática Formal, que defiende la resolución de sus problemas con los modelos matemáticos y lógicos ya aplicados a la semántica formal y que también incluiría teorías dinámicas como Discourse Representation Theory (DRT), de Kamp y Reyle (1993).
- Una Pragmática Cognitiva o Cartesiana, basada como diría V. Escandell en factores internos.
- Una Pragmática Holística, que abraza todos los aspectos contextuales de la comunicación lingüística: mental, social, cultural, físico, interaccional e histórico.
- Una Pragmática Lingüística, que en palabras de J. Portolés , explique que la palabra encantado solo se dice la primera vez que te presentan a alguien, o que se ocupe de que una misma persona sea llamada según el contexto: presidente Berlusconi o papi.
Para concluir, diremos que la asignatura pendiente de esta disciplina es superar el debate entre Pragmática Cognitiva y Pragmática Social, e integrar estas dos dimensiones en un modelo general que vaya desde la cognición hasta la forma lingüística. Victoria Escandell, una de las investigadoras más importantes en este terreno, ha hecho alguna propuesta para unificar en un modelo general la Pragmática Social y la Pragmática Cognitiva . Según esta autora, la primera debe ser concebida en normas, y la segunda en principios . Además de estas posturas, debemos destacar puntos comunes de los planteamientos teóricos expuestos como el uso de la metáfora del coste-beneficio en la teoría de la Relevancia y en la de la Cortesía, o la consideración del significado procedimental de los marcadores del discurso tanto por parte de la teoría de la Relevancia como de la Argumentación. Sin embargo, debería haber acuerdos sólidos en torno a la definición, delimitación del campo y herramientas conceptuales básicas. Solo así, podrá ser útil a otras parcelas de conocimiento como la Psicolingüística, por ejemplo, en el estudio del autismo, la Enseñanza de segundas lenguas, o la Lingüística Computacional.
Pasemos ahora al capítulo tercero de este trabajo, dedicado a la categoría de análisis por excelencia de los estudios pragmáticos: los marcadores del discurso.
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