Atenuación y reformulación: operaciones de modalización

La modalización es una operación que el hablante realiza cuando adopta una determinada actitud tanto frente al contenido de su enunciado como frente a su interlocutor. Dentro de las causas por las que el hablante decide emplear esta estrategia frente a lo dicho, Fouilloux (2005) señala las siguientes:

1) la toma de conciencia de una jerarquía social

2) la toma en consideración de la sensibilidad del interlocutor

3) la evaluación previa del grado de presión que el interlocutor esté dispuesto a aceptar

4) el desconocimiento de las posiciones ideológicas, vitales, etc., del interlocutor.

Las marcas lingüísticas que se encargan de expresar modalidad reciben el nombre de operadores de modalización, marcadores o modalizadores (Fouilloux, 2005). En este artículo proponemos estudiar las partículas o sea y bueno como marcas de modalidad por medio de las cuales el hablante moldea el discurso anterior en función de las dos máximas claves que rigen todo proceso comunicativo, a saber: sea relevante y sea cortés. De esta forma, por medio de la modalización del discurso los hablantes pueden resolver por un lado problemas comunicativos (de comprensión, por ejemplo), pero también, pueden aliviar posibles amenazas potenciales para las imágenes de los interlocutores. No obstante, como sabemos, existen muchas formas de modalizar el discurso: se puede atenuar, se puede intensificar o también, según el punto de vista adoptado aquí, se puede transformar o cambiar. Por ello, dentro de la modalización se distinguen a su vez otras operaciones tales como la atenuación, la intensificación y, a nuestro modo de ver, también la reformulación. Los marcadores o sea y bueno serían, tal y como ya adelantamos más arriba, operadores de reformulación y atenuación respectivamente

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